
En Siena, la Piazza del Campo ha sido escenario de un divertido juego: durante varios años, las tiendas que rodean la plaza más famosa de la ciudad toscana han sido mordisqueadas gradualmente por un misterioso inversor kazajo.
Este pequeño juego ha llamado la atención de los fiscales de Siena, que sospechan de un caso de blanqueo de capitales que transita por Ginebra.
FUENTE: Agencias