Triqui triqui
Cuanto más grande el sombrero,
menos se ve el presidente.
Mucha gorra, poca gente;
la apariencia es lo primero;
sin el gorro, vale cero.
Ambigua la dignidad,
pues no se sabe en verdad,
aunque camine un buen trecho,
si lo que pone es el pecho
o es la espalda la que da.
Muchos se visten de artistas
para ocultar sus fracasos,
y no pasan de aprendices.
Se disfrazan de humoristas
y terminan de payasos
en los Sábados Felices.
No falta el carilampiño
vestido de mandatario
que termina, de ordinario,
en la Casa de Nariño.
Nuestra fiesta nacional,
en vez del 20 de julio,
el 31 de octubre
sería sensacional.
En noche de plenilunio,
vaca de ubérrima ubre;
brujos, brujas, cada cual
desde su puesto de mando,
el año entero mamando
de la teta nacional. ->>Vea más...