Atento a las sinuosidades y riquezas inesperadas del idioma, el profesor Pompilio Iriarte ha emprendido en sus décimas de esta semana una exploración acerca de las novedades que empieza a registrar nuestra lengua desde las últimas elecciones.
Así como van las cosas,
va a cambiar el castellano.
Hablaremos polombiano
así les suenen chistosas
y a más de uno caprichosas
las palabras que se vienen.
¿Neologismos? No se apenen
si dicen petrificar
en vez de fosilizar…
Lo importante es que nos suenen.
En asuntos parroquiales,
en Putumayo o Antioquia,
no faltará la parroquia
que a las fiestas patronales
llame fiestas petronales;
que diga al patrón petrón,
que a San Pedro algún lambón
le dé el nombre de San Petro,
que al rey le quiten el cetro
y el ‘San’ a Pascual Bailón.
¿Polombia será Polonia,
por el flujo de inmigrantes?
¿Las cosas serán como antes?
¿Seguimos en la colonia?
¿Qué será de la Amazonia?
En medio de tanta insania
—mejor digamos vesania—
que alguien le advierta Putín
que esto no es el polvorín
que él ha creado en Ucrania.
Los ciclistas del mañana
no pedirán patrocinio.
Le pedirán petrocinio
a la tal Polombia Humana.
Si no en Bogotá, en la Habana,
si no en la Habana, en Caracas…
De este modo haremos vacas
entre Petro y Díaz-Canel
entre Maduro y aquel
que done ciclas cosacas. ->>Vea más...
FUENTE: Caminando por la décima – Los Danieles